Nochevieja en una favela de Río
Este año, por vez primera, cientos de turisras extranjeros pasarán la Nochevieja huéspedes en las favelas pacificadas
JUAN ARIAS - Río de Janeiro - 31/12/2009
Hasta este año, los habitantes de las favelas encaramadas en los morros de Río de Janeiro solían bajar a la playa de Copacabana para mezclarse con los turistas extranjeros. Este año, por vez primera, al revés, cientos de turistas extranjeros pasarán la Nochevieja huéspedes en las casas de las familias de las favelas pacificadas, las que han sido ocupadas permanentemente por las fuerzas del orden y de las que han huido los traficantes de drogas.
Este año, por vez primera, cientos de turisras extranjeros pasarán la Nochevieja huéspedes en las favelas pacificadas
JUAN ARIAS - Río de Janeiro - 31/12/2009
Hasta este año, los habitantes de las favelas encaramadas en los morros de Río de Janeiro solían bajar a la playa de Copacabana para mezclarse con los turistas extranjeros. Este año, por vez primera, al revés, cientos de turistas extranjeros pasarán la Nochevieja huéspedes en las casas de las familias de las favelas pacificadas, las que han sido ocupadas permanentemente por las fuerzas del orden y de las que han huido los traficantes de drogas.
Son justamente todas las favelas que dominan la zona sur de la ciudad, la de las míticas playas de Copacabana, Ipanema y Leblón, todas ellas ya sin narcos que siembren el terror. Desde lo alto de esas favelas, sin miedo a la violencia, los turistas extranjeros y también familias enteras de brasileños llegados a Río para vivir el gran espectáculo de los fuegos de medianoche en Copacabana, podrán contemplarlos como una vista inigualable.
En la favela de Pavão Pavãocinho, en Copacabana, la última ocupada por la policía, la jubilada Azelina dos Santos ha preparado una fiesta en la terraza de su favela para 25 turistas extranjeros. En muchas de esas favelas este año esperarán el año nuevo tambien familias que hasta ahora estaban separadas. En efecto, gentes de fuera de Río que tienen familiares en las favelas no podían pasar juntos estas fechas porque era jugarse la vida. A los narcotraficantes no les gustan las visitas de desconocidos. Temen siempre que pueda tratarse de policías disfrazados de paisano.
Por ahora, el número de favelas es muy reducido. Sin embargo, se trata de favelas sintomáticas que solían sembrar el terror alejando a los turistas. La alcaldía espera que para 2016, cuando Río celebrará las Olimpiadas, la mayoría de las favelas más significativas y violentas puedan estar ya pacificadas. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ya ha visitado algunas de estas favelas ha prometido toda la ayuda necesaria del Estado Federal, para llevar a cabo lo que hasta ayer parecía sólo un sueño.
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